Por COGwriter
Cuando estaba hambriento físicamente y fue tentado por Satanás, Jesús citó el libro de Deuteronomio,
“Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4: 4).
Sus otras respuestas a Satanás también se apoyaron sobre una aplicación o una cita de las escrituras (Mateo 4: 7, 10) en lugar del razonamiento humano (o tradiciones de hombres en conflicto).
¿Por qué nos fueron dadas las Sagradas Escrituras?
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (II Timoteo 3: 16-17).
De esta manera la Biblia misma afirma que es la fuente de la doctrina de modo que los seguidores de Dios puedan completar y hacer lo que Dios quiere.
Es necesario leer la Biblia, porque,
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. (II Timoteo 4: 3-4)
Jesús oró al Padre,
“Santifícalos en Tu verdad. Tu palabra es verdad” (Juan 17: 17).
Los Salmos declaran, …”Tu ley es verdad” (Salmo 119: 142b).
Puesto que la ley de Dios y Su palabra son verdad, ¿Cómo puede usted conocer la verdad sin leer la Biblia o escuchar su lectura?
Leer la Biblia es la forma de medir si algo es o no es verdad. La Biblia nos enseña doctrina y cómo vivir.
Pablo fue un predicador de Dios, pero ¿Cómo podía saber esto la gente? Ellos lo sabían por su conocimiento de la Biblia.
¿Cómo obtiene usted conocimiento de la Biblia? Primero, leyéndola. Luego, estudiándola.
Cuando Pablo predicó a los de Berea se reportó que,
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17: 11).
Los de Berea buscaban las Escrituras diariamente; nosotros deberíamos hacerlo también.
Uno de los dichos de nuestra Iglesia es, “no nos crea a nosotros, crea lo que nosotros decimos sólo si está en la Biblia”. La Escritura fue inspirada por Dios (II Timoteo 3: 16) y no fue la opinión de sus escritores. Sus profecías vienen de Dios, “pues la profecía nunca vino por la voluntad de un hombre, sino que santos hombres de Dios hablaron según ellos fueron movidos por el Espíritu Santo” (II Pedro 1: 20).
En adición a proveer instrucción, doctrina, y corrección, leer la Biblia incluso ayuda a aprender los pensamientos y las intenciones de su corazón.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4: 12)
¿Qué traducción de la Biblia debería leer?
La Biblia fue escrita primeramente en hebreo y en griego –fue en aquellas lenguas que el Espíritu Santo inspiró a los escritores de la escritura– no en inglés, ni en latín. Así a menos que el antiguo hebreo y el griego clásico sean bien conocidos de usted, usted necesitará leer una traducción de los textos bíblicos.
Dos de las más comúnmente usadas traducciones al inglés son la versión del Rey Jaime de 1611 (KJV) y la Nueva versión del Rey Jaime de 1982 (NKJV, que es usada de manera predominante). Ambas son intentos de hacer una traducción palabra por palabra, lo que es usualmente mejor para el estudio de la Biblia que las versiones parafraseadas de la Biblia. Para la lectura diaria yo tiendo ahora a usar la versión del Rey Jaime pues es una de las traducciones más precisas (si bien ella, como todas las traducciones que he leído, contiene algunos errores de traducción, parcialidades) y usa un lenguaje moderno. Yo he leído algunas otras traducciones.
Yo acostumbraba leer la KJV mucho más, pero es difícil para muchos entender –la gente más joven tiene problemas con el inglés antiguo que ella usa y los lectores no nativos en inglés la encuentran confusa. Además, a pesar de las creencias de algunos, también tiene errores de traducción (la KJV traduce mal Hechos 12: 4, Hebreos 4: 9, 1 Juan 5: 7-8, etc.) –no es superior a todas las otras versiones como algunos creen. Ni la Biblia sugiere tampoco que el Espíritu Santo llevaría a los traductores a producir una versión mejor que la Biblia original (como algunos abogados de la KJV y de la Septuáginta parecen creer).
A veces por razones de claridad, yo citaré la NIV (Nueva versión internacional). si bien ella no es siempre una traducción palabra por palabra, a veces tiene algunas palabras más correctas de lo que lo hacen la NKJV o la KJV.
En muchos artículos relacionados con los católicos yo normalmente usaré la traducción Douay Rheims de 1610 (DRB) o su versión posterior –pero como es una traducción de una traducción (Jerónimo tradujo la Biblia al latín cerca del final del siglo cuarto y la Douay-Rheims es una traducción del latín de Jerónimo al inglés) no considero que ella debería ser una traducción para ser usada en primer lugar. Los católicos también usan la Nueva Biblia de Jerusalén –es más una traducción palabra por palabra que la DRB. Es la primera versión en inglés usada por los católicos por fuera de los Estados Unidos. Y como ella usa un lenguaje más moderno, encuentro útil la NJB, especialmente si estoy alcanzando principalmente a audiencias católicas.
Una de las más nuevas traducciones del Nuevo Testamento de las cuales tengo conocimiento es la llamada Una Versión Fiel (AFV), y su segunda revisión salió en noviembre de 2004. He usado esta a veces.
A veces es útil leer múltiples traducciones que pueden ayudarle a su entendimiento, si bien a veces la parcialidad del traductor puede ser un problema (algunas Biblias On-line pueden ser halladas en este vínculo de La Biblia y recursos históricos en Internet). Pero mientras más lea usted realmente la Biblia, más será capaz de discernir la verdad en oposición a la parcialidad de tradiciones de hombres.
Confíe en la Biblia y no en las tradiciones de hombres
En nuestros días y en los días de Jesús, muchos estaban confiando en sus propias opiniones y no en las de Dios.
Jesús no estaba complacido cuando Él dijo:
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
“Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.” (Mateo 15: 7-9).
La manera obvia de saber la diferencia entre las tradiciones de los hombres y las doctrinas de Dios es leer la Biblia. Y para entenderla apropiadamente, la Biblia necesita ser estudiada (vea también ¿Cuál es la forma apropiada de la interpretación bíblica?).
Recuerdo, puesto que ha sido profetizado que vendrá el tiempo cuando la gente no soportará la verdadera doctrina y se alejará de la verdad (II Timoteo 4: 3-4) y que puesto que la palabra de Dios es verdad (Juan 17: 17), por favor lea y estudie la Biblia regularmente de manera que usted sea capaz de discernir entre la verdad y las fábulas.
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B. Thiel. Read the Bible. www.cogwriter.com (c) 1998/2006/2007/2009/2012 0803